ESTADO DE INFORMACIÓN NO FINANCIERA
30 de marzo de 2022 39
A partir del primer trimestre de 2021 la economía comienza una senda expansiva basada en el
conjunto de medidas que se adoptaron para mitigar los efectos sociales y económicos de la crisis
sanitaria, destinadas al mantenimiento del empleo y del tejido empresarial. Así, en el conjunto de
2021 el PIB creció un 5,0%, que fue la tasa de crecimiento más elevada de las últimas dos décadas,
y permitió recuperar la senda del crecimiento tras la caída del PIB de 2020. El crecimiento de 2021
se cimentó en un comportamiento expansivo tanto de la demanda nacional, que sumó una aportación
positiva de 4,6 puntos porcentuales (pp), como del sector exterior, que contribuyó en 0,4 pp. Estos
datos contrastan con lo sucedido en 2020 cuando tanto la demanda interna como el sector exterior
tuvieron aportaciones negativas de 8,6 pp y 2,2 pp, respectivamente. Dentro de la demanda nacional,
en 2021 tanto los componentes de consumo como la inversión tuvieron un comportamiento
expansivo, destacando el consumo de los hogares y la inversión en maquinaria y bienes de equipo
como los componentes con un mayor dinamismo.
En lo relativo al mercado laboral, durante 2021 se han recuperado los niveles anteriores a la irrupción
de la pandemia de una forma generalizada. Según los datos de la Encuesta de Población Activa
(EPA), en 2021 se crearon 840.700 empleos, equivalentes a un incremento del empleo del 4,4%. La
tasa de paro se situó en el 13,3% en el cuarto trimestre de 2021 frente al 13,8% del cuarto trimestre
de 2019. De esta forma, en 2021 se han recuperado más empleos que los perdidos durante 2020.
En términos de número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social, los datos son igualmente
positivos, superándose niveles pre-pandemia desde la mitad del año 2021.
La efectividad de las medidas de apoyo desplegadas de manera ágil para dar respuesta a la
pandemia ha permitido esta recuperación en la actividad y el empleo en la mayoría de los sectores y
actividades, destacando el papel que han jugado los ERTES, que concluyeron 2021 en niveles muy
reducidos, así como las líneas de avales del Estado gestionadas por el ICO.
En el conjunto de la Zona Euro el crecimiento fue muy similar al español, concretamente de un 5,2%
en 2021. Este crecimiento contrasta con la caída observada en 2020, que fue del 6,4%. Al igual que
en España, el crecimiento del conjunto de la Zona Euro en 2021 fue el más elevado en décadas y se
basó igualmente en un crecimiento generalizado por componentes, con un alza muy destacada de la
demanda interna (tanto consumo como inversión) y un crecimiento tanto en las exportaciones como
en las importaciones.
En 2021 fue destacable el repunte de la inflación, que se observó de una forma prácticamente
generalizada a nivel internacional, singularmente en Estados Unidos y la Zona Euro. Las causas de
este repunte están en el efecto base al comparar con tasas muy bajas o negativas un año atrás, y
también en los efectos de ciertos cuellos de botella de suministros en el comercio internacional de
algunos bienes, cuya demanda ha tenido dificultades para ser satisfecha, y especialmente por la
subida del precio de la energía, particularmente del gas. En España la inflación promedio fue del
3,1% en 2021, por encima de del -0,3% del año 2020. El IPC general finalizó 2021 con una tasa del
6,5% interanual en el mes de diciembre. Del mismo modo, el IPC subyacente (que excluye los bienes
energéticos y los alimentos no elaborados por ser componentes con mayor variabilidad de precios)
también mostró una tendencia alcista, pero en este caso el crecimiento de precios fue menor, y se
quedó en el 2,1% en diciembre (0,6% en enero). En el conjunto de la Zona Euro se observa una
tendencia muy similar a la española, con una tasa general de inflación del 5,0% en diciembre de 2021
(2,7% la subyacente).
En todo caso, tanto para España como para el conjunto de la Zona Euro, las previsiones de los
principales analistas y de instituciones como el Banco Central Europeo apuntaban al carácter
transitorio de las tensiones en los precios y a una moderación de la inflación a lo largo de 2022, a
medida que se disipen los efectos temporales que provocaron su ascenso, si bien tendrán que ser
revisadas de acuerdo a la evolución de los acontecimientos en Ucrania.