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En caso de que exista dicha evidencia, la pérdida por deterioro se calcula como la diferencia entre el
valor en libros y el valor actual de los flujos de efectivo futuros, incluidos, en su caso, los procedentes
de la ejecución de las garantías reales y personales, que se estima van a generar, descontados al tipo
de interés efectivo calculado en el momento de su reconocimiento inicial. Para los activos financieros
a tipo de interés variable, se emplea el tipo de interés efectivo que corresponda a la fecha de cierre
de las cuentas anuales de acuerdo con las condiciones contractuales. En el cálculo de las pérdidas por
deterioro de un grupo de activos financieros, la Sociedad utiliza modelos basados en fórmulas o
métodos estadísticos.
Las correcciones de valor por deterioro, así como su reversión cuando el importe de dicha pérdida
disminuyese por causas relacionadas con un evento posterior, se reconocen como un gasto o un
ingreso, respectivamente, en la cuenta de pérdidas y ganancias. La reversión del deterioro tiene como
límite el valor en libros del activo que estaría reconocido en la fecha de reversión si no se hubiese
registrado el deterioro del valor.
Como sustituto del valor actual de los flujos de efectivo futuros la Sociedad utiliza el valor de mercado
del instrumento, siempre que éste sea lo suficientemente fiable como para considerarlo representativo
del valor que pudiera recuperar la empresa.
En el caso de activos a valor razonable con cambio en patrimonio neto, las pérdidas acumuladas
reconocidas en el patrimonio neto por disminución del valor razonable, siempre que exista una
evidencia objetiva de deterioro en el valor del activo, se reconocen en la cuenta de pérdidas y
ganancias.
Instrumentos de patrimonio a valor razonable con cambios en patrimonio neto
En este tipo de inversiones, la Sociedad asume que el instrumento se ha deteriorado ante una caída
de un año y medio o de un cuarenta por ciento en su cotización, sin que se haya producido la
recuperación de su valor, sin perjuicio de que pudiera ser necesario reconocer una pérdida por
deterioro antes de que haya transcurrido dicho plazo o descendido la cotización en el mencionado
porcentaje.
Las correcciones de valor por deterioro se reconocen como un gasto en la cuenta de pérdidas y
ganancias
En el caso de que se incrementase el valor razonable, la corrección valorativa reconocida en ejercicios
anteriores no revierte con abono a la cuenta de pérdidas y ganancias y se registra el incremento de
valor razonable directamente contra el patrimonio neto.
Activos financieros a coste
En este caso, el importe de la corrección valorativa es la diferencia entre su valor en libros y el importe
recuperable, entendido éste como el mayor importe entre su valor razonable menos los costes de
venta y el valor actual de los flujos de efectivo futuros derivados de la inversión, que para el caso de
instrumentos de patrimonio se calculan, bien mediante la estimación de los que se espera recibir
como consecuencia del reparto de dividendos realizado por la empresa participada y de la enajenación
o baja en cuentas de la inversión en la misma, bien mediante la estimación de su participación en los
flujos de efectivo que se espera sean generados por la empresa participada, procedentes tanto de
sus actividades ordinarias como de su enajenación o baja en cuentas. Salvo mejor evidencia del
importe recuperable de las inversiones en instrumentos de patrimonio, la estimación de la pérdida
por deterioro de esta clase de activos se calcula en función del patrimonio neto de la entidad
participada y de las plusvalías tácitas existentes en la fecha de la valoración, netas del efecto
impositivo.
El reconocimiento de las correcciones valorativas por deterioro de valor y, en su caso, su reversión,
se registran como un gasto o un ingreso, respectivamente, en la cuenta de pérdidas y ganancias. La
reversión del deterioro tiene como límite el valor en libros de la inversión que estaría reconocida en
la fecha de reversión si no se hubiese registrado el deterioro del valor.