El asesoramiento de inversiones consiste en realizar recomendaciones personalizadas a un cliente sobre productos de inversión concretos. Al asesorarle, su entidad debe recomendarle los productos que mejor se ajusten a su situación personal, para lo cual tendrá que analizar no solo sus conocimientos y experiencia inversora previa (igual que en el test de conveniencia) sino que también tendrá que conocer sus objetivos de inversión y su situación financiera.

En el caso de que contrate la gestión de su cartera, estará confiando en la entidad la selección de productos, la toma de decisiones de inversión y la ejecución de operaciones por su cuenta. Al igual que en el asesoramiento, la entidad deberá asegurarse de que el servicio es adecuado a sus conocimientos y experiencia, objetivos y situación financiera. Por tanto, en ambos casos, se efectuará la evaluación de la idoneidad.

El conjunto de preguntas que le harán para obtener toda esta información constituye el denominado test de idoneidad.

A diferencia de lo que ocurre con el test de conveniencia, en este caso, la entidad NO puede prestarle el servicio si no le proporciona toda la información solicitada. 

TEST DE IDONEIDAD

Además de valorar los conocimientos y experiencia previa del inversor (igual que el test de conveniencia), la entidad debe analizar sus objetivos de inversión y su situación financiera:

  • El nivel y la fuente de ingresos periódicos.
  • Sus activos – líquidos, inmuebles e inversiones.
  • Sus compromisos financieros periódicos.

Para determinar sus objetivos de inversión, deberá informar sobre el horizonte temporal deseado para la inversión, el riesgo que está dispuesto a asumir y la finalidad de la inversión. Es importante que la entidad financiera conozca cuál es la pérdida máxima que estaría dispuesto a asumir.

La entidad le deberá entregar una copia por escrito o en soporte duradero con la descripción de cómo se ajusta la recomendación realizada a sus características y objetivos.