Además de nuestras circunstancias
personales (situación financiera) otros aspectos
de la situación económica general
como la evolución de los tipos de interés o el momento
del ciclo económico (expansión, recesión…)
afectarán de forma decisiva a la rentabilidad futura de los
activos financieros.
Existen una serie de indicadores
(indicadores macroeconómicos) cuya finalidad es
ayudar a anticipar estos movimientos. Pese a su
indudable utilidad, se trata de estimaciones y previsiones
que no siempre acaban por cumplirse. Además, en
teoría los precios del mercado ya reflejan toda la
información pública disponible; así,
si una acción es comparativamente más barata que otra
se deberá probablemente a que su riesgo es mayor.
La búsqueda de rendimientos
a corto plazo tratando de anticipar los movimientos del
mercado es una estrategia que puede dar sorpresas desagradables
y que nada tiene que ver con el contenido y objetivos de este módulo.
¿Qué se puede hacer?
Teniendo en cuenta la incertidumbre sobre la
evolución futura de los mercados, puede surgir la duda sobre
el momento adecuado para invertir, sobre todo si
está pensando en colocar sus ahorros en renta variable.
Una posibilidad es invertir en bolsa
de forma gradual. Por ejemplo, una vez seleccionados los
títulos o el fondo de renta variable que le interesa, puede
comprometerse a realizar compras o suscripciones periódicas
(mensual o trimestralmente) por un importe fijo, de forma que el
total de su inversión se materialice en el medio plazo (por
ejemplo en dos o tres años).
Mediante este procedimiento habrá diluido
en parte movimientos a corto plazo del mercado, puesto que no habrá
comprado ni al precio más alto ni al más bajo, sino
al precio medio del período.