Cómo vigilar sus inversionesNo pensemos que una vez tomada nuestra decisión ha terminado nuestro trabajo. Nuestras inversiones siempre van a requerir una atención periódica. A ello contribuyen los cambios que día tras día se producen en los mercados financieros, en nuestras inversiones o en nuestra situación personal. Esto no quiere decir, que tengamos que estar todo el día pendientes de cual es la evolución de los productos. De hecho, precisamente esto es lo que no debería suceder, invertir implica cierto grado de disciplina para no dejarse llevar por el primer impulso (ejemplo: Si ha optado por una inversión a largo plazo, por ejemplo en bolsa, es porque está dispuesto a asumir pérdidas puntuales ante la expectativa de un determinado rendimiento futuro). Tanto el entorno económico como sus circunstancias personales se van modificando con el tiempo, y lo que ayer resultaba conveniente tal vez no lo sea en este momento. Variaciones en los tipos de interés, subidas
o bajadas de la bolsa, el nacimiento de un hijo, la prejubilación…
son numerosas las circunstancias que pueden aconsejar medidas adicionales
en relación con su cartera.
Control periódico de los resultados. Las entidades están obligadas a remitir por escrito a sus clientes información periódica sobre el estado de sus inversiones. Estos extractos reflejarán con detalle y precisión los valores o productos financieros de los que el inversor es titular, las comisiones, gastos y retenciones aplicados y los resultados (pérdidas o ganancias). Además, en ocasiones se incluyen otras informaciones relevantes, como subidas de las comisiones u otros hechos que pueden afectar al comportamiento de los valores en cartera. Con frecuencia los inversores no dan importancia a estos envíos y los tiran sin llegar a ser conscientes de su contenido.Se trata de un mal hábito que sólo puede perjudicarle.Cuanto más actualizada y completa sea la información de que dispone, antes sabrá si hay un problema y antes podrá tomar medidas. Revise de forma habitual la información sobre sus inversiones, para ver si evolucionan de acuerdo con sus expectativas y si el intermediario está cumpliendo con las obligaciones contraídas. Si algo no va bien, cuanto antes lo sepa antes podrá tomar las medidas necesarias para corregir la situación y limitar los perjuicios. Tenga en cuenta que... Aunque siempre es necesario un seguimiento por parte del inversor, no todos los productos exigen el mismo grado de atención. En principio, cuanto mayores sean el capital invertido y el riesgo asumido, más cuidado habrá que poner para controlar su evolución. Por eso es importante que invierta en productos a su medida, que no requiera más tiempo del que usted quiera y pueda dedicarle. Ejemplo: Cuando vence la garantía de un fondo de inversión, es habitual, que los gestores establezcan una nueva. En este caso deben comunicar por escrito a los partícipes las nuevas condiciones y otorgarles el derecho a recuperar su inversión sin aplicar comisión de reembolso (durante un plazo mínimo de un mes). Los inversores que no deseen continuar en el fondo durante un nuevo periodo de garantía deben aprovechar este momento para reembolsar o traspasar sus participaciones. Sin embargo, si el inversor no recuerda el vencimiento
y no presta atención a la comunicación de la nueva garantía,
seguirá como partícipe del fondo sometido a las nuevas
condiciones, que tal vez no le interesen. Una vez iniciado el nuevo
período de la garantía, si desea reembolsar probablemente
tendrá que pagar una comisión de reembolso.
Reevaluación y reequilibrio. En todo caso, es conveniente que evalúe sus inversiones periódicamente (al menos una vez al año) o cuando se produzcan cambios significativos en las circunstancias iniciales. Así podrá asegurarse de que su cartera continúa encajando con el análisis (situación financiera-objetivos-riesgo) que realizó en el momento de decidir. En general pueden identificarse tres motivos para la revisión: Cambios en su situación personal: Con el paso del tiempo se aproximarán las fechas en las que tenga que realizar determinados pagos (compra de un coche, de una vivienda, pago de una reforma). También puede suceder que aumente su capacidad de ahorro (aumentos de sueldo, finalización de pago de la hipoteca), que surjan nuevas necesidades o desaparezcan otras (con lo que quizá deba replantearse sus objetivos), o que se produzcan imprevistos que afecten a su situación financiera (nacimiento de un hijo, una herencia…).Todo ello deberá tenerse en cuenta y exigirá cambios, en algunos casos de forma inmediata. Reequilibrio de la cartera: Los productos financieros cambian de valor día a día, por lo que su peso en el conjunto de sus inversiones se va modificando. Mediante el reequilibrio irá ajustando sus inversiones de forma que cada una de ellas se mantenga en la proporción deseada. Ejemplo: Imagine que ha decidido invertir un 25% de sus ahorros en renta variable y el restante 75% en productos de renta fija. Un año después, la bolsa ha experimentado importantes revalorizaciones y la renta fija ha perdido valor por el efecto de las subidas de tipos de interés, por lo que su inversión en renta variable supone un 40% del total de la cartera. Si considera que su asignación inicial era la adecuada, tendría que deshacer parte de la inversión en Bolsa, hasta recuperar la proporción del 25% en renta variable. Situación de los mercados: Los mercados están en constante movimiento, por lo que pueden producirse situaciones que aconsejen introducir cambios en la cartera (cambios en los tipos de interés, en la fiscalidad, aumento de la volatilidad, aparición de un nuevo producto…). ¿Cómo saber cuándo conviene retocar la cartera? Nadie puede decirlo con certeza, aunque toda inversión exige cierto grado de disciplina, en el sentido de evitar decisiones precipitadas. Todo el trabajo de análisis realizado para adoptar una decisión razonada y adecuada a sus necesidades perderá su sentido si más tarde se deja llevar por los rumores, el optimismo infundado o el temor.
Compruebe periódicamente si sus inversiones continúan encajando con sus necesidades y circunstancias personales.
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