Consejos para recordar
Opere siempre a través de entidades que cuenten con autorización del organismo correspondiente y que se encuentren inscritas en sus registros.
Consulte distintas alternativas de inversión hasta que encuentre la que mejor se adapta a sus necesidades. De esta forma asumirá el control y evitará sorpresas desagradables.
El asesoramiento externo puede ser útil e incluso imprescindible, pero usted es quien tiene la última palabra. Exija a su intermediario toda la información y las aclaraciones que necesite para estar convencido de la decisión que adopta. Recuerde que si las cosas van mal, será usted quien sufra las consecuencias.
En estos casos no podrá valorar correctamente las características y riesgos del producto y, por tanto, no sabrá si es adecuado para usted.
Es mejor perder una oportunidad que perder dinero. Desconfíe de quien le hable de oportunidades únicas, y recuerde que rentabilidad y riesgo son dos conceptos que siempre van unidos: no existen productos que ofrezcan una elevada rentabilidad sin asumir también un alto riesgo.
Con frecuencia lo sencillo es mejor que lo complejo.
Manténgase informado pero no haga caso de los rumores ni de quienes presuman de lograr resultados extraordinarios. Observe distintas fuentes de información hasta que identifique aquellas que le merecen más confianza.
No base sus decisiones sólo en la información publicitaria, y mucho menos en la información verbal. Haga todas las preguntas que necesite para comprender bien las ventajas e inconvenientes de cada alternativa.
Los costes operativos afectan a la rentabilidad final de su inversión, por lo que conviene tenerlos en cuenta a la hora de elegir un intermediario.
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